Rollitos de Canela Esponjosos: Delicia Dulce y Aromática que Derrite Corazones 🍯✨
1. Introducción
¿Alguna vez has probado unos rollitos de canela recién horneados, con ese aroma embriagador que invade toda la cocina? Los rollitos de canela esponjosos son mucho más que un simple postre: son una experiencia sensorial que combina textura tierna, dulzor equilibrado y ese toque especial de canela que los hace irresistibles. Perfectos para el desayuno dominical, la merienda de los niños o como postre especial en reuniones familiares, esta receta de rollitos de canela esponjosos caseros te guiará paso a paso para lograr resultados profesionales que harán pensar a todos que los compraste en una pastelería fina.

2. Ingredientes para los mejores rollitos de canela
Para preparar estos rollitos de canela esponjosos caseros que harán las delicias de tu familia, necesitarás ingredientes básicos que probablemente ya tengas en tu alacena:
Para la masa:
- 500 g de harina de trigo (preferiblemente harina de repostería para mayor esponjosidad)
- 250 ml de leche tibia (entre 35-38°C, ideal para activar la levadura)
- 100 g de azúcar blanco (puedes reducir un poco si prefieres menos dulce)
- 1 huevo grande a temperatura ambiente
- 70 g de mantequilla sin sal derretida (o margarina si prefieres)
- 10 g de levadura seca instantánea (equivalente a 1 sobre)
- 1 cucharadita de sal fina (realza todos los sabores)
Para el relleno:
- 100 g de azúcar moreno (da un sabor más profundo que el blanco)
- 2 cucharadas colmadas de canela en polvo (de buena calidad)
- 50 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente (para untar fácilmente)
Para el glaseado:
- 150 g de azúcar glas (impalpable, tamizado)
- 2 cucharadas de leche entera (o nata líquida para más cremosidad)
- 1 cucharadita de esencia de vainilla pura (o extracto)
Si quieres ver una versión alternativa de esta receta, visita este tutorial detallado que ofrece variaciones interesantes.
Paso 1: Preparar la Masa (el secreto de la esponjosidad)
El éxito de tus rollitos de canela esponjosos comienza con una buena masa. En un tazón grande (o en el bowl de tu amasadora), mezcla primero los ingredientes secos: la harina (reservando unas 3 cucharadas), el azúcar, la levadura y la sal. Esto asegura una distribución uniforme de los polvos.
Ahora crea un hueco en el centro y añade los líquidos: la leche tibia (¡cuidado que no esté muy caliente o matará la levadura!), el huevo ligeramente batido y la mantequilla derretida pero no hirviendo. Mezcla primero con una cuchara de madera o espátula, y cuando se integre, pasa a amasar con las manos.

Paso 2: Amasar y Dejar Reposar (la paciencia es clave)
Aquí viene el paso que muchos quieren saltarse pero es fundamental: el amasado. Dedica al menos 10 minutos a amasar (15 si lo haces manualmente). La masa pasará de pegajosa a suave y elástica. Si usas amasadora, velocidad media con el gancho para masas.
¿Cómo saber que está lista? Haz la prueba del “vidrio”: toma un trozo pequeño y estíralo entre tus dedos. Si se forma una membrana fina y translúcida sin romperse, ¡perfecto! Colócala en un tazón engrasado con un poco de aceite, cúbrela con film o un paño limpio y húmedo, y deja que leve en un lugar cálido (yo pongo el horno apagado con la luz encendida) durante 1 hora o hasta que doble su tamaño.

Paso 3: Estirar y Rellenar (el arte del enrollado)
Una vez que tu masa ha levado (¡verás qué bonita y esponjosa queda!), espolvorea un poco de harina sobre tu mesa de trabajo y coloca la masa. Con un rodillo, estírala cuidadosamente formando un rectángulo de aproximadamente 30×40 cm (no te obsesiones con las medidas exactas).
Ahora viene el toque mágico: unta generosamente la mantequilla blanda por toda la superficie, dejando solo 1 cm sin untar en uno de los lados largos (esto ayudará a sellar). Mezcla el azúcar moreno con la canela (puedes añadir una pizca de nuez moscada si te gusta) y espolvorea uniformemente sobre la mantequilla.

Paso 4: Enrollar, Cortar y Hornear (el momento mágico)
Para enrollar: comienza por el lado largo opuesto al que dejaste sin mantequilla. Usa tus dedos para empezar a enrollar con cuidado pero firmeza, manteniendo la forma lo más apretada posible. Cuando llegues al final, sella presionando ligeramente el borde sin relleno contra el rollo.
Con un cuchillo afilado o hilo dental (sí, ¡funciona perfecto!), corta el rollo en porciones de unos 3 cm de grosor. Colócalas en un molde engrasado o con papel de hornear, dejando espacio entre ellas porque crecerán. Tapa y deja reposar otros 30 minutos (levantarán un poco más).
Hornea en horno precalentado a 180°C (350°F) durante 20-25 minutos hasta que estén dorados por arriba. Un truco: si se doran muy rápido, cubre con papel aluminio los últimos minutos.

3. Consejos de experto para rollitos perfectos
- Temperatura de la leche: Debe estar tibia, como para un biberón. Si no tienes termómetro, prueba en tu muñeca: debe sentirse cálida pero no quemar.
- Levadura: Si usas levadura fresca, necesitarás 25g (el triple de la seca). Disuélvela primero en la leche con una pizca de azúcar.
- Reposo: El lugar ideal para leudar es cálido (unos 25-28°C) y sin corrientes. Si tu cocina es fría, calienta el horno a 50°C, apágalo y mete la masa.
- Glaseado: Para uno más cremoso, sustituye la leche por nata o añade 2 cucharadas de queso crema batido. Aplícalo cuando los rollos estén tibios, no calientes.
- Corte limpio: Usa un cuchillo muy afilado mojado en agua caliente o hilo dental para cortes perfectos sin aplastar.
4. Variaciones creativas para sorprender
Esta receta de rollitos de canela esponjosos es perfecta tal cual, pero si quieres innovar:
- Relleno premium: Añade 50g de nueces pecán o almendras tostadas picadas al relleno de canela.
- Toque frutal: Incorpora 1 manzana pelada y picada finamente mezclada con el azúcar moreno.
- Glaseados alternativos: Prueba con glaseado de limón (añade ralladura) o de chocolate (mezcla cacao en polvo).
- Masa con sabor: Añade 1 cucharadita de cardamomo molido a la masa para un toque nórdico auténtico.
- Versión vegana: Sustituye la leche por bebida vegetal, el huevo por 1 cucharada de semillas de lino molidas con 3 de agua, y la mantequilla por margarina vegetal.
5. Almacenamiento y cómo recalentar
Los rollitos de canela esponjosos son mejores recién hechos, pero si sobran:
- A temperatura ambiente: En recipiente hermético 2 días máximo (sin glasear). El glaseado ponlo al momento de servir.
- En refrigerador: Hasta 5 días. Recalienta 10 segundos en microondas antes de servir.
- Congelados: Sin glasear, en bolsa hermética hasta 3 meses. Descongela a temperatura ambiente y calienta 5 minutos en horno a 160°C.
6. Preguntas frecuentes resueltas
¿Por qué no me subió la masa?
Pudo ser levadura vieja, líquidos muy calientes que la mataron, o ambiente muy frío. Prueba con levadura nueva y verifica temperaturas.
¿Puedo hacerlos sin amasadora?
¡Claro! Amasa con energía sobre la mesa unos 15 minutos. Es un buen ejercicio y el resultado vale la pena.
¿Se puede preparar la masa de noche?
Sí, después del primer levado (antes de estirar), refrigera toda la noche. Por la mañana, saca 1 hora antes de trabajar.
¿Cómo evitar que el relleno se salga al hornear?
No sobrecargues de relleno y sella bien el borde al enrollar. Un truco: congela el rollo 15 minutos antes de cortar.
7. Datos nutricionales (por unidad)
- Calorías: 250-280 kcal (dependiendo del glaseado)
- Grasas: 8-10g (principalmente de la mantequilla)
- Carbohidratos: 40-45g (complejos y azúcares)
- Proteínas: 4-5g
- Fibra: 1-2g (puedes aumentar usando harina integral en parte)
8. Historia y curiosidades de este dulce
Los rollitos de canela tienen su origen en Suecia, donde se conocen como “kanelbulle” y son tan importantes que tienen su propio día nacional: el 4 de octubre. Curiosamente, en los años 50, la canela era muy cara en Suecia, por lo que estos dulces eran un verdadero lujo.
La versión americana (que es la más conocida internacionalmente) es más dulce y esponjosa que la original nórdica, y su popularidad creció exponencialmente gracias a las cadenas de cafeterías. En Finlandia incluso hay una versión salada llamada “korvapuusti”.
9. Conclusión: dulzura hecha en casa
Preparar rollitos de canela esponjosos caseros es una experiencia culinaria gratificante que llenará tu hogar de aromas increíbles y te brindará la satisfacción de haber creado algo delicioso con tus propias manos. Aunque requieren tiempo (principalmente de reposo), los pasos son sencillos y el resultado vale cada minuto de espera.
Esta receta es perfecta para iniciarse en el mundo de la repostería casera, para compartir con niños (¡les encanta ayudar a estirar y enrollar!), o para impresionar a invitados. Los rollitos de canela no solo alimentan el cuerpo, sino también el alma con su calidez y dulzura.
Así que anímate a prepararlos, ajusta los ingredientes a tu gusto (quizá menos azúcar o más canela), y descubre por qué estos pequeños espirales de felicidad han conquistado paladares en todo el mundo. ¡Te aseguro que una vez que pruebes los hechos en casa, los comprados nunca volverán a saber igual! 🤤🍰